“El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”, dice la canción. El Old Course de St. Andrews no es la excepción, y la mítica cancha, que ha recibido al Open más veces que ninguna otra, encara a partir de la semana próxima una renovación parcial de cara al próximo Open que se jugará allí en 2027.
No es la primera vez que eso sucede, ya que, por ejemplo, entre 1899 y 1905 se le agregaron 60 bunkers, y para los Abiertos de 2000 y 2005 la cancha fue extendida en 350 yardas.
Esta vez, el proyecto de renovación busca presentar nuevos desafíos a los mejores jugadores del mundo y recrear lugares que se han ido perdiendo con el paso del tiempo, además de hacer más placentero el recorrido para los visitantes que cada día llegan a St. Andrews. Al mismo tiempo, se realizarán mejoras en el sistema de riego de la cancha que ayudarán a un mejor manejo del césped.
Luego de la edición 150 del Open se hizo un estudio y, junto al St. Andrews Links Trust —encargado del manejo de las canchas— y la R&A, responsable del Open, se decidió encargarle al estudio Mackenzie & Ebert el trabajo de restauración. Este es el estudio de arquitectos responsable de todas las renovaciones de las canchas del Open.
Mark Darbon, CEO de la R&A, dijo:
“Creemos que este trabajo es muy importante para que el Old Course continúe evolucionando y siga presentando un desafío a los mejores jugadores del mundo en los años venideros, pero al mismo tiempo siga siendo una experiencia cada vez más fantástica para el golfista que nos visita a diario”.
Por su parte, Neil Coulson, CEO del St. Andrews Links Trust, señaló:
“Todas las generaciones han sido parte de la evolución de la cancha, y este nuevo programa continúa con esa tradición. El trabajo será para reconstruir algunas cosas que se han ido perdiendo con el paso del tiempo y así preservar el carácter del Old Course. Nuestra idea es simple: proteger lo que ha hecho de esta cancha una tan especial, y al mismo tiempo asegurarnos de que siga ofreciendo un desafío justo, complicado y a la vez divertido para los golfistas de todos los niveles. La grandeza de este lugar reside en su habilidad para adaptarse a los tiempos que corren, sin perder su esencia”.
Uno de los cambios más significativos que se verán para el Open de 2027 estará en el par 4 del 16, donde la histórica ruta para jugar el hoyo volverá a aparecer a la izquierda del grupo de bunkers llamados Principal Nose y Deacon Sime. Además, se agregarán dos bunkers por el costado izquierdo del fairway, que también será ensanchado.
Seis hoyos serán alargados —5, 6, 7, 10, 11 y 16— mientras que el 12 será apenas acortado. Esto último sucederá porque el tee de salida del corto par 4 será movido ligeramente hacia la izquierda, para facilitar la circulación del público. El total de yardas que se agregarán será de 132, y el recorrido tendrá entonces 7.445 yardas.
Un nuevo tee para el Open se agregará en el par 5 del hoyo 5, unas 35 yardas más atrás; al par 4 del 6 se le sumarán 17 yardas; al par 4 del 7, unas 22 yardas; y el par 4 del 10 será 29 yardas más largo. El tee del 11 se agrandará, y el famoso par 3 tendrá 21 yardas más (ya me da miedo), lo mismo que el 16, que será 10 yardas más largo.
En el par 4 del hoyo 2, los dos bunkers que están sobre la derecha del fairway serán movidos más cerca del green y quedarán un poco más metidos en el fairway, para que entren más en juego. Nuevos bunkers se agregarán en el 6 y el 10, mientras que en el par 4 del 9 los bunkers ubicados a la derecha del fairway serán agrandados y movidos más hacia la línea de juego, incluido el llamado Boase Bunker, que será ampliado para llevarlo a su tamaño original y presentará una forma menos redonda.
El trabajo comenzará el lunes 3 de noviembre, y quienes visiten St. Andrews el próximo año ya podrán jugar la versión del Old Course que recibirá a los mejores del mundo en 2027.
