En una época se decía que el fútbol era un deporte que jugaban 11 contra 11 y siempre ganaba Alemania. En estos tiempos podríamos usar esa misma frase para ejemplificar lo que pasa en el PGA Tour: no importa dónde ni en qué momento del año, Scottie Scheffler gana en el PGA Tour.
Esta vez fue en Napa, California, donde 10 de los 12 jugadores de Estados Unidos que estarán en Bethpage se hicieron presentes en el primer torneo del Fall de la FedEx Cup. Ninguno de ellos —o casi ninguno— hubiera jugado el Procore Championship si no fuera porque la Ryder Cup está a dos semanas. Hace dos años, solo Justin Thomas hizo el viaje a Napa; el resto estuvo más de un mes sin competencia y los europeos los pasaron por encima en Roma. Esta vez, parece claro que aprendieron la lección: Keegan Bradley seguramente les pidió que participaran, y dos de ellos pelearon hasta el final por el título.
Scheffler recién tomó la punta del torneo en el hoyo 10 del domingo, pero enseguida hizo tres putts en el 11 y dejó algunas dudas. Jugando en el antepenúltimo grupo, llegó al hoyo final con un golpe de ventaja, aunque falló el drive y no pudo bajar el par 5 del 18. Eso le abrió la puerta a Ben Griffin, que acertó el fairway, pegó un gran segundo tiro y dejó la pelota en el green. Tenía un putt largo para águila —y la victoria—, pero lo dejó corto y luego falló el birdie desde poco más de dos metros. Fue la sexta victoria de Scheffler en el año, convirtiéndose en el primero en ganar seis o más veces en temporadas consecutivas desde, por supuesto, Tiger Woods.
La semana también dejó una muy buena actuación de Emiliano Grillo, al que se lo vio más delgado, sólido con el drive y con cuatro rondas consecutivas bajo 70 que lo ubicaron en el cuarto puesto. Su cierre del domingo fue brillante: birdie desde lejos en el 16, un hierro fenomenal en el 17 para dejarla dada y otro birdie en el 18, que completaron un 66 final que seguramente lo dejó más que satisfecho.
Ganó Scheffler. Siempre Scheffler.
