La semana pasada terminó la temporada regular del PGA Tour y también la cadena de televisión CBS dio por concluido su año con el golf, ya que NBC será la encargada, dentro de Estados Unidos, de transmitir los playoffs. Ese mismo día, uno de los mejores comentaristas de CBS cerró su carrera luego de 30 años haciendo televisión.
Ian Baker-Finch nació en Australia en 1960, en una familia en donde el golf no era tema de conversación, pero el juego lo atrapó desde muy chico. Comenzó su carrera como profesional en su país y saltó a la fama en 1984 cuando, con solo 23 años, compartió la última salida del domingo en el Open jugado en St. Andrews con Tom Watson. El norteamericano buscaba su sexto título y el tercero consecutivo, mientras que Baker-Finch no sabía muy bien cómo reaccionaría. No tardó mucho en enterarse: su approach en el hoyo 1 picó en el green, pero el efecto la hizo volver al arroyo. Firmó 79 golpes en su bautismo frente al gran público.
Siguió su carrera y, seis años más tarde, otra vez en el Old Course, jugaba en el grupo final del domingo, pero esta vez con Nick Faldo al lado. Los 73 golpes de ese día lo dejaron en la sexta posición. Su momento de gloria llegó 365 días más tarde. El Open se jugaba en Royal Birkdale y Baker-Finch lideraba luego de tres rondas. No le tembló el pulso al australiano, que anotó 29 golpes en los primeros nueve hoyos y, con 66 en la ronda final, terminó ganando por dos. Champion Golfer of the Year.
A partir de allí, todo fue cuesta abajo. Solo tuvo una muy buena actuación en el Players de 1992, donde terminó segundo, pero de a poco entró en un espiral descendente del cual jamás logró salir. El problema era netamente mental, porque pegaba perfecto en la zona de práctica, pero llegaba al tee del 1 y quedaba atrapado. El hecho más elocuente ocurrió en el tee del 1 de St. Andrews durante el Open de 1995. Era la despedida de Arnold Palmer del campeonato y él era su compañero de juego. Su golpe de salida terminó fuera de límites por la izquierda, algo casi imposible de hacer.
Entre 1995 y 1996 disputó 29 torneos en el PGA Tour sin pasar ningún corte o abandonando en todos ellos. “Perdí mi confianza hasta llegar al punto de no querer estar en una cancha de golf”, dijo por aquellos días. El final ocurrió en Royal Troon cuando, luego de una primera ronda de 92 golpes, terminó llorando dentro del vestuario. Ese día se bajó del torneo y anunció su retiro a los 36 años.
Allí comenzó su carrera como comentarista, primero en ABC/ESPN y los últimos 19 años en CBS. Medido en sus comentarios, siempre respetuoso del jugador y de los momentos de los torneos, fue considerado uno de los mejores en su profesión. Ahora dedicará su tiempo al diseño de canchas y seguirá siendo embajador de la PGA de Australia.
Uno de los tipos más queridos y respetados dentro de una cancha de golf le dio paso a un gran comentarista, que se ganó allí también el respeto y la admiración de todos. Una de esas voces que vamos a extrañar.
