El teléfono de Maja Stark vibró el sábado por la noche. El escueto mensaje decía: “Trae el trofeo”. La sonrisa de la sueca se dibujó en su rostro. El domingo cumplió con el pedido que Annika Sörenstam le había encargado.
La ronda final del US Women’s Open comenzó en Erin Hills con Stark al frente, con un golpe de ventaja sobre la sorprendente española Julia López Ramírez, dos sobre las japonesas Takeda y Shibuno, y tres sobre Nelly Korda.
El comienzo de la ronda fue un síntoma de lo que se vería durante toda la jornada. Stark parecía en control de su juego y abrió con pares, hasta que en el par 3 del hoyo 6 embocó desde casi seis metros para lograr el primer birdie del día. Sin embargo, las cosas recién comenzaron a aclararse a su favor en el hoyo 11. Justo cuando ella lograba el birdie, Korda necesitaba tres putts en el 13, lo que le dio más tranquilidad a la sueca, que empezaba a distanciarse en el tablero y ponía tres de ventaja sobre Korda.
A partir de allí, Stark demostró que sus nervios estaban en el lugar correcto, y cada vez que se equivocó, solo le costó un bogey. El alivio final llegó cuando Korda intentó alcanzar el green del par 5 del hoyo 18 con su segundo golpe y terminó con bogey. En ese momento se sintió que el título no se le escapaba, y los dos bogeys finales de Stark fueron solo una anécdota.
A sus 25 años, Maja Stark se convirtió en la tercera jugadora de Suecia en levantar el máximo trofeo del golf femenino. La exjugadora de la Universidad de Oklahoma empieza a mostrar lo que muchos esperaban de ella. Ya el año pasado había terminado segunda en el Chevron Championship, y su juego estaba listo para dar ese salto de calidad que otorgan los majors. “Misión cumplida”, podría haber sido el texto que Stark le respondió a Annika.
