02. MITAD DE CAMINO

Alguien que mire el tablero y solo sepa que se está jugando un torneo en Quail Hollow podría pensar que se trata del Truist y no de un major. Nada me puso más contento el jueves que ver a Jhonattan Vegas jugar como lo hizo y quedar como único líder con 64 golpes. El viernes era un día clave para el venezolano, que jamás ha tenido buenas actuaciones en los grandes campeonatos (mucho menos liderarlos) y que, en la segunda ronda, demostró la clase de jugador que es. El bogey llegó temprano, pero se recuperó rápido. Si bien no embocó como el primer día, su juego se mantuvo al mismo nivel. Pudo haber tomado una ventaja importante, pero dudó en el segundo golpe del hoyo 18 y le costó un doble bogey.

Tener dos golpes de ventaja con 36 hoyos por jugar no es mucho, pero siempre es mejor ser líder, porque eso significa que el juego está. Solo deberá seguir jugando del mismo modo el fin de semana. Un detalle: en su bolsa está Rubén Yorio, el mismo caddie con el que Ángel Cabrera ganó el Masters.

A dos golpes aparece un trío de muy buenos jugadores (Fitzpatrick, Si Woo Kim y Pavon), pero un golpe más atrás está el nombre que nadie quiere ver: Scottie Scheffler. Ganó por ocho en su última presentación y ha ido construyendo, de a poco, su posición en el leaderboard. Le pasó de todo al N.º 1 del mundo, y para su confianza será clave no volver a encontrarse con una pelota con barro. Es el candidato lógico y todos lo saben.

En el resto del top 10 hay buenos jugadores, pero ninguno de esos nombres que intimidan en los majors. Para encontrar otro apellido fuerte hay que ir todavía un golpe más atrás, y ahí está DeChambeau. Sus 68 del viernes no lo dejaron conforme y dijo que se iba a la cancha de práctica para dominar mejor su draw, algo que, según él, necesita mucho en esta cancha.

McIlroy peleó los dos días con un driver que no respondió, y la razón es simple: el martes le informaron que su driver no había pasado el test y no podía usarlo. Tuvo que ir al camión de TaylorMade a que le hicieran otro, y nunca es lo mismo. Esto pasa cada tanto: algunas cabezas de los drivers vienen de fábrica con diferencias que hacen que no pasen la prueba. Rory pasó el corte justo, terminando con dos bogeys el viernes, y está a nueve golpes de la punta. El defensor del título, Xander Schauffele, también pasó con lo justo tras una ronda luchada el viernes. Será un gran fin de semana, y no creo que Vegas deba jugar extraordinariamente para quedarse con el PGA Championship. Dos rondas bajo par podrían darle el quinto título de su carrera y el primer major. Sería una de esas alegrías enormes, porque hay pocos tan buena gente como Jhonny. Para que eso ocurra, deben darse dos cosas: que Scottie no se embale y que Vegas controle sus nervios.

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