Hay máximas en el golf que se han cumplido y se seguirán cumpliendo por siempre. Una de ellas dice que nunca es fácil jugar contra un score ya puesto en la casa club. Ayer, en Bélgica, el noruego Kristoffer Reitan pegó desde el tee del hoyo 1 en la ronda final del Soudal Open casi tres horas antes que los líderes. Firmó una tarjeta de 62 golpes, récord de cancha, y se sentó a esperar qué sucedía con los punteros. Al final, le alcanzó para meterse en un desempate entre tres jugadores, que por supuesto terminó ganando.
Reitan abrió con birdie en el hoyo 1, pero enseguida anotó un bogey en el 3, y poco hacía pensar que luego vendrían 9 birdies para dejar un total de 13 bajo par en la casa club. El escocés Ewan Ferguson era el líder y alternó buenas y malas durante toda la jornada final. El holandés Daan Huizing fue el otro jugador que llegó al desempate, aunque —al igual que Reitan— tampoco pensó que estaría en esa situación luego de abrir la ronda final con 11 pares consecutivos. Su primer birdie llegó en el hoyo 13, y cerró de forma espectacular con tres birdies consecutivos, el último desde más de siete metros, para alcanzar la marca de Reitan.
Ferguson rompió la paridad con un fantástico birdie en el hoyo 16 y llegó al hoyo final necesitando un par para alzar su cuarto título en el Tour. Sin embargo, su approach fue largo y el putt para par desde dos metros dio toda la vuelta al hoyo sin caer.
Así, los tres volvieron al hoyo 18, donde no se sacaron diferencias, pero en el siguiente intento en ese par 4 final, Reitan logró el birdie que le dio la victoria.
“No sé qué decir, porque esto ha sido un sueño desde que era chico. Sigo pensando en cuando, hace unos pocos años, pensé en dejar el golf porque no veía avances en mi juego, no me divertía. Pero lo que ha sucedido en las últimas dos temporadas ha sido espectacular, y sellarlo con este triunfo es ridículo”, dijo el ganador al terminar.