NUEVA ZELANDA – No la conozco, y es una de esas canchas que muero por poder jugar alguna vez. Ubicada a unos 100 kilómetros al norte de Auckland, este club súper privado está emplazado en un terreno de unas 90 hectáreas con 11 kilómetros de costa sobre el mar. Tom Doak fue el encargado de diseñar la cancha, y el club es solo para socios; no ofrece green fees para el público, por lo cual la única forma de acceder es mediante la invitación de alguno de sus miembros.
La playa de Te Arai tiene un significado muy importante para la cultura maorí, que encuentra en ese lugar “la unión de la tierra con el paraíso”.
Ubicada bien alto en todos los rankings de canchas de golf, la construcción de Tara Iti comenzó con el desmonte de un terreno donde abundaban los árboles, lo que dejó al descubierto dunas de gran tamaño. Fairways y greens de festuca son la característica de la cancha, que no tiene ni un solo bunker, pero sí grandes extensiones de arena denominadas waste areas. Todo el terreno se considera “a través de la cancha”.
Es difícil quedarse con un hoyo en particular de Tara Iti, pero todos los que la han jugado coinciden en que el par 5 del 18, con sus diferentes rutas hasta llegar al green, es el que más los ha impactado.
Como les dije, Tara Iti no acepta público, pero a solo un kilómetro de allí está Te Arai Links, otra fabulosa cancha con alojamiento de lujo para pasar unos días, y quizás —si tienen suerte— poder conocer a algún socio de Tara Iti que los invite a jugar.
