05. PÁNICO EN EL ESTADIO

Europa 15 vs USA 13

Todo era calma en Bethpage Black el domingo por la mañana. Sol, poco viento, entradas que habían bajado de precio en la reventa y una sensación de que el triunfo de Europa estaba sellado. Solo restaba saber por cuánto ganarían los de Donald y si serían capaces de llegar a los 20 puntos, algo nunca antes visto en la Ryder Cup desde que el continente se unió a las islas británicas.

La primera noticia de la mañana no fue buena para los locales. Viktor Hovland no estaba en condiciones de jugar y entonces se abrió el sobre que Bradley había dejado antes de comenzar los matches. Donald también había dejado el suyo, y ahí se supo que Harris English tampoco iba a jugar. Ese match, que estaba previsto para cerrar la Ryder Cup, se daba por empatado y el resultado antes de arrancar los individuales era de 12 a 5 en favor de Europa. Solo necesitaban ganar dos para retener la copa y empatar uno más para ganarla.

Cameron Young y Justin Rose abrieron el fuego y detrás de ellos Justin Thomas iba con Tommy Fleetwood, con Matt Fitzpatrick y Bryson DeChambeau en el tercer partido. La historia marcó que, para cuando el primer match llegó al hoyo, la única pregunta era cuándo Europa iba a llegar a 20. Fitzpatrick estaba 5 arriba al tee del 8, Fleetwood 2 up y, salvo el buen comienzo de Young, la mayoría del tablero era azul. La cuestión fue que, a partir de los primeros hoyos del regreso, empezó a verse una remontada de los locales. Young estaba 3 up, Thomas ganaba 3 hoyos seguidos y el científico descontaba y quedaba 3 abajo. Los locales necesitaban ganar esos primeros partidos para tener alguna chance y el primer match llegó igualado al 18, luego de que Rose ganara 13, 14 y 16. Los dos con chance de birdie, falló Rose y el hombre de Nueva York la embocó por el centro del hoyo para darle el primer punto a los americanos. Detrás, Thomas y Fleetwood también llegaron iguales y fue Thomas el que embocó desde 5 metros para ganar su partido. DeChambeau ganó 14, 15 y 17 para terminar igualando el match.

Bethpage se convirtió en una caldera y las noticias de los partidos de atrás les permitían ilusionarse. Schauffele venció a Rahm en el 15 y lo que fue el único triunfo de Europa el domingo llegó casi al mismo tiempo, cuando Ludvig Åberg derrotó en el 17 a Cantlay. Solo le faltaba un empate a Europa para llegar a 14, pero un cansado Scheffler le ganó a un cansado McIlroy y acercó más a USA. J.J. Spaun —no se entiende cómo no jugó los foursomes— le ganó a Straka en el 17 y, segundos más tarde, Henley y Lowry definían su partido en el 18, que estaba 1 up en favor del estadounidense. Henley tenía un putt de 3 metros, casi similar al de Young, pero la dejó corta en la boca del hoyo, abriéndole la puerta a Lowry. El irlandés, desde la misma línea, no falló y estalló la celebración de Europa, que sabía que retenía la copa.

Ahora había que ganar. Ben Griffin le ganó en el 18 a Højgaard, pero detrás Hatton selló su empate con Morikawa con dos putts desde 5 metros para darle el triunfo a Europa. En el último match, MacIntyre rescató un empate en su partido con Burns y el 15 a 13 fue definitivo.

Dice el viejo refrán que no está terminado hasta que se termina, y una vez más quedó demostrado. Europa vuelve a ganar en suelo americano y en dos años los esperará en Irlanda, en donde se celebrarán los 100 años de la primera edición de la Ryder Cup.

El espectáculo de golf más fabuloso que existe.

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