La cancha de esta semana nos lleva a Escocia y, más específicamente, a la zona de Aberdeen: Trump Aberdeen está ubicada a unas 10 millas al norte de Aberdeen y fue inaugurada en el verano de 2012. Esta cancha es quizás algo diferente a las otras de la zona, ya que fue concebida hace muy poco tiempo, con la tecnología moderna ya instalada y por un arquitecto contemporáneo como Martin Hawtree. A pesar de ser una cancha moderna, Trump Aberdeen lo tiene todo: es desafiante, con paisajes impresionantes, las dunas más altas que jamás hayan visto, variedad de hoyos, greens con infinidad de posiciones de banderas, cambios de elevación, doglegs en ambos sentidos, etc. Los fairways son amplios, pero si, por esas cosas del golf, llegan a pegar un golpe de salida algo desviado, mi sugerencia es que pongan otra en el tee, porque será difícil encontrar la primera.Por todo esto, Trump Aberdeen es algo totalmente diferente y novedoso, no solo en cuanto a la cancha de golf, sino también por su Club House, mucho más pequeño y menos poblado de trofeos y reseñas históricas, pero creado con buen gusto y calidad. Tampoco hay que dejar de mencionar el Macleod Castle, que sirve de lodge, lo que nos da una alternativa de alojamiento, solo quizás superada por Trump Turnberry o el Old Course Hotel en St Andrews.
Pasando ya al campo de golf, no recuerdo un campo con 18 hoyos tan espectacular en lo visual. Desde el 1 al 18, no hay uno solo que no merezca al menos un par de fotos y algún video de recuerdo. Hay golpes de salida que valen la pena ser filmados para mirarlos una y mil veces, porque es difícil de creer lo escénico que es el terreno, con los hoyos serpenteando entre las enormes dunas.
Es muy difícil destacar un solo hoyo de esta fantástica cancha, pero, puesto a elegir, me voy a quedar con el par 3 del hoyo 6 (foto) y el par 4 del hoyo 14. El 6, enmarcado entre las dunas, es fabuloso, y el golpe de salida en el 14, desde un tee elevado, no tiene desperdicio. El par 5 del hoyo 18 es quizás el hoyo más impactante y el más difícil del día, si uno elige mal el tee de salida. Juega 600 yardas, y si les toca viento en contra con frío, puede tornarse imposible. El Club House y la inmensa bandera en el fondo son el marco ideal para la última gran foto del día.
Dejemos de lado lo que el nombre y el dueño del campo puedan generar y miremos solo la cancha de golf y la experiencia: Trump Aberdeen es un campo de golf extraordinario, merecedor de una visita e incluso de ser repetido. Es de esos lugares que uno irá admirando y aprendiendo a jugarlo con el correr de las vueltas. No esperen un buen score en la primera visita, pero sí muchas buenas fotos y una ronda de golf de lo más entretenida. Por último, un consejo de amigo: lleven varias pelotas porque no creo que nadie sea capaz de terminar con la que pongan en el tee del 1.
