Esta última semana estuve en el Tulum Country Club para cubrir la quinta parada del Korn Ferry Tour en nuestra región durante este 2025. Tenía buenas referencias de este diseño de Robert Trent Jones Jr., y todos coincidían en que sería una dura prueba para los jugadores.
La cancha, que ha sido sede de torneos del PGA Tour Américas en años anteriores, exige máxima concentración. Es uno de esos trazados donde no se puede perder la atención ni un segundo, ya que un mínimo error puede ser catastrófico. Construido en lo que antes era una selva, el Tulum Country Club presenta obstáculos a ambos lados de los fairways en casi todos los hoyos.
Esto no quiere decir que sea injugable, pero sí que la elección del golpe de salida debe ser cuidadosamente pensada. Hablando con Augusto Núñez, me comentaba que durante la ronda solo usó el driver en dos ocasiones. Por su parte, Jorge Fernández Valdez me decía que reemplazó su driver por un mini driver, que le ofrecía mayor precisión desde el tee.
La presentación de la cancha era impecable, y el paspalum platinum que cubre tees, fairways y greens ofrece un color verde intenso fabuloso y una calidad difícil de igualar. El par 5 del hoyo 14, rodeado por paredes de roca, y el par 3 del hoyo 15 son los que distinguen a esta excelente cancha.
Les recomiendo no jugar desde los tees del fondo en este par 3: con sus 245 yardas sobre el agua, le costó un doble bogeya más de uno en el torneo. Si anda por Tulum, no dude un instante en venir a jugar esta cancha porque realmente vale la pena. Y si planea unas vacaciones en familia, todo el complejo es un gran lugar para disfrutar… y de paso, jugar una gran cancha.