El miércoles del Tour Championship se realiza la conferencia de prensa anual que ofrece el comisionado del PGA Tour. Esta vez, Jay Monahan habló muy poco y solo presentó al nuevo CEO del tour, Brian Rolapp.
A comienzos de año, el tour anunció que había comenzado la búsqueda de un CEO para reemplazar la tradicional figura del comisionado. En junio se dio a conocer el nombre de Rolapp y, el 1 de agosto, asumió el cargo. Monahan continuará hasta fines de 2026, cuando vence su contrato.
El nuevo CEO estudió en BYU y tiene un posgrado en negocios de la Universidad de Harvard, lo que demuestra su capacidad intelectual. Su carrera laboral se desarrolló en la National Football League (NFL), la liga deportiva más poderosa de Estados Unidos, donde llegó a ocupar uno de los cargos ejecutivos más altos de la organización.
Se lo vio firme en sus palabras, sobre todo al anunciar la nueva Comisión de Competencias Futuras. Allí afirmó que esta comisión trabajará “más rápido que lento” en diagramar el futuro del tour. También anunció que Tiger Woods aceptó ser el chairman de la comisión, que estará integrada por seis jugadores y tres ejecutivos. Señaló que todo se basará en la meritocracia, uno de los pilares del circuito, pero mencionó tres palabras clave sobre las cuales trabajará la comisión: paridad, escasez y simplicidad.
Explicó rápidamente que la paridad busca crear la mayor cantidad de oportunidades para todos, y que la competencia debe ser simple para que los fanáticos la entiendan sin problemas. Sin embargo, no se explayó mucho sobre el tema de la escasez, algo que generó preocupación en algunos asistentes.
Durante la ronda de preguntas de los periodistas, quedó claro que hay temas sobre los cuales Rolapp todavía no pisa firme. Hacia el final de la conferencia surgieron un par de preguntas sobre LIV, que no le causaron mucha gracia y provocaron gestos con la boca que llamaron la atención. Pareció no estar preparado para esas preguntas ni acostumbrado a responder interrogantes incómodos. Como mencioné, lleva solo tres semanas en el cargo y es imposible que resuelva todos los desafíos de inmediato, pero habrá que prestar atención a su próxima conferencia de prensa.
Brian Rolapp llega desde la NFL, y el PGA Tour es muy distinto. En la NFL, trabajaba para 30 dueños de equipos, todos multimillonarios, que manejan unas 40 jugadores y 20 miembros del cuerpo técnico bajo contrato. Los dueños pueden hacer y deshacer a su gusto dentro de sus equipos y despedir a alguien sin problemas. El golf es lo opuesto: el tour no tiene control sobre los jugadores, quienes deciden si juegan o no, cuándo juegan y cuándo toman vacaciones, y establecen las reglas que luego el directorio implementa. Además, si no les gusta el CEO o el comisionado, incluso podrían removerlo, algo que nunca ha ocurrido pero estuvo muy cerca en 2023 tras la entrevista televisiva de Monahan con el chairman del PIF.
Ese es el mayor desafío que enfrenta el nuevo CEO: adaptarse a un deporte distinto y no intentar manejarlo con los mismos conceptos que aplicaba en la NFL. El tiempo dirá si lo logra, pero creo que es lo suficientemente inteligente como para adecuarse a un entorno diferente.
