UNA SEMANA EN ABRIL

En dos semanas ya sabremos quién se quedó con la edición 89 del Masters. Parece mentira que desde el día que comienza cada nuevo año muchos de nosotros empezamos a contar los días que faltan para volver a Augusta, y que a medida que se acerca esa semana ya nadie piensa en otra cosa. Casi que los torneos entre el Players y el Masters están de más en el calendario, que solo sirven para que alguno de los no clasificados consiga uno de los últimos lugares en el Masters, pero que sin duda son solo semanas de preparación para el gran evento del año.

Siempre me es difícil explicar lo que significa este torneo. La historia y las tradiciones son valores fundamentales en nuestro deporte, y quizás nadie como la gente de Augusta National Golf Club les hace honor a esas tradiciones. La cena de los campeones del martes, el torneo del par 3, la ceremonia del saco verde, el campeón amateur de USA jugando con el defensor del título las dos primeras rondas, los excampeones que vuelven de por vida y los starters honorarios son algunas de esas tradiciones que el Masters mantiene desde siempre.

La primera vez que fui a cubrir el Masters lo hice para FM Horizonte y fue en 1994 (recién al año siguiente lo comenté por TV). Llegar a Augusta fue toda una emoción, entrar a la sala de prensa con mi carta que me acreditaba, que me dieran el badge con mi nombre y empezar a descubrir todos los rincones del club fue algo que jamás olvidaré. 

Tenía muchas cosas pensadas para hacer ese primer año, pero había una que estaba por encima de todas. No iba a perderme estar el jueves bien temprano para ver a Gene Sarazen, Byron Nelson y Sam Snead pegar en el tee del 1. Allí llegue el jueves bien temprano y me ubiqué como pude cerca del tee del 1, en donde solo hay un lugar reservado para los fotógrafos, pero en donde el resto de la prensa tiene que mezclarse con el público. Mucha gente tenía la misma idea que yo y una multitud se dio cita a las 8.00 AM para ver a estas tres leyendas. Apenas eran las 8.10 cuando Jackson Stephens, Chairman del club por aquellos días, se hizo presente en el tee del 1 vestido de impecable camisa, corbata y saco verde para hacer el anuncio oficial de los tres jugadores. Probablemente sea la única vez en el año que el Chairman espera por alguien dentro del club, pero los jugadores no se hicieron esperar. El tablero de madera ubicado en el tee del 1 que anuncia quienes son los próximos en pegar tenía los tres nombres ya colocados con los números de cada uno a su costado. Es tradición en Augusta que el defensor del título tiene el 1, que Nicklaus tiene siempre el 86 que hace referencia al año de su última victoria, pero los demás jugadores les toca el número por orden de registración. A todos, menos a estos tres que tenían sus edades reflejadas en esos números, Sarazen, el más veterano con ya 92 años fue el primero en llegar. Vestido con sus knickers y su clásico sombrero llego al tee del 1 con su caddie portando la bolsa Wilson que lo acompañó toda su carrera. Luego fue el turno de Nelson (82), quien llegó acompañado de Ken Venturi que ofició de caddie y colocó la pelota en el tee para que Nelson pegue. La condición de las caderas de Nelson no le permitía agacharse y hasta el mismo jugador dudaba de poder hacer un swing. Por último, llego Snead (81). que no solo no necesitaba de nadie que lo ayude, sino que hizo varios swings de práctica como si fuera uno de los jóvenes participantes.

Luego del anuncio oficial le tocó el turno a Sarazen de pegar el golpe inaugural, Nelson pudo mover los hombros y consiguió impactar la pelota, mientras que Snead pego 200 yardas, juntó el tee, miró al público y dijo: “¿Alguien para jugar unos hoyos conmigo?”

El Masters había quedado inaugurado y por primera vez había visto la ceremonia. Sabía que no habría muchos años más para ver a estos tres grandes, pero cuando estos nos dejaron se produjo un vacío en el Masters que solo se volvió a llenar cuando Arnold Palmer pasó a ocupar ese lugar. Gary Player no tardó en sumarse y entre ambos convencieron a Nicklaus de unirse. Fue así hasta 2016, último año del rey, y hubo que esperar algunos años para que Tom Watson completara el threesome.

Sarazen, Nelson, Snead, Palmer, Player, Nicklaus, Watson suman 61 títulos de majors. Todos ellos han dejado una huella imborrable en Augusta y en el golf, pero solo el Masters nos da la chance de seguir viéndolos por siempre. Otra de las cosas por las cuales este torneo es único.

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