Terminó la espera y Augusta National G.C. abrió sus puertas para una nueva edición del Masters. Hace un tiempo ya que esto ocurre antes de empezar la semana del torneo. Primero llegó la novedad hace varios años del Drive, Chip & Putt, que reúne a 80 niños entre 6 y 15 años para vivir una jornada inolvidable en el club. Una de las mejores ideas que jamás nadie haya tenido, y que solo con ver las caras de los participantes, uno puede darse cuenta de que estos niños jamás olvidarán la experiencia. Akshay Bhatia fue parte de esto cuando era un niño y ya se ha dado el gusto de participar en el Masters. A partir de 2019 llegó el Augusta National Women’s Amateur, que reúne a las 60 mejores aficionadas del mundo para competir a 54 hoyos, pero con solo la ronda final en Augusta. La ganadora este año fue la española Carla Bernat Escuder, que con tres rondas de 68 derrotó por uno a la joven norteamericana Asterik Talley.
El lunes es el día en que todo el foco empieza a ponerse en el Masters. Nadie sabe a ciencia cierta cuánta gente entra por día, pero la ansiedad de los patrons esa mañana en la entrada al club esperando que a las 8 en punto se abran las puertas, es similar a la cara de felicidad de los chicos del día anterior. Para los que llegan por primera vez, es todo novedad. Cada uno de ellos, a nosotros nos pasaría lo mismo, tiene el sueño de ir a ver cierto lugar de la cancha. Lo primero que ven luego de pasar la puerta es, a mano izquierda, el edificio de la sala de prensa, para luego toparse con la imponente cancha de práctica. Los que pierden un minuto mirando esa maravilla llegarán algunos segundos tarde al pro shop y seguramente se quedarán sin poder comprar el gnomo. Esta genialidad del marketing que Augusta inventó en 2016 pasó desapercibida aquellos primeros años, pero hoy el gnomo es un elemento de colección y se pagan cifras increíbles por este personaje. Decía que se quedarán sin el gnomo porque cada día hay un número muy limitado de este objeto, solo se puede llevar uno por persona, y para las 8:30 ya las estanterías están vacías. El gnomo volverá a aparecer cada día, pero, como les dije, en una cantidad limitada. Si se quedaron en la práctica porque no son compradores compulsivos (lo lamento porque no saben lo que se pierden), el próximo paso será pasar por enfrente al shop, buscar algo de comer para llevarse a la cancha y llegar a donde está el cartel que refleja hoyo por hoyo el score de cada jugador. Es ese cartel que tiene la leyenda «Masters» en su parte alta, está a la derecha del fairway del 1 y lo han visto por televisión miles de veces. Ese es un buen punto de reunión para encontrarse con amigos (recuerden que no se puede ingresar con celulares al torneo), y es además el punto más bajo del hoyo que abre el recorrido. De allí en más corre por cuenta y gusto del consumidor la dirección a tomar. La mayoría encara para el tee del 10 para recorrer los segundos 9 hoyos más famosos del mundo, buscarán el lugar desde donde Bubba Watson pegó aquel famoso gancho con su wedge desde la derecha del 10 para ganar en 2012, los más impacientes pasarán por alto esto e irán directamente al tee del 12 para quedarse con la boca abierta cuando lleguen a un lugar icónico del deporte mundial. Las máquinas de fotos (solo permitidas de lunes a miércoles) no pararán de retratar recuerdos que durarán para siempre, y después del 12, el green del 13 de fondo es uno de los lugares más elegidos (sobre todo cuando las azaleas están florecidas). El día será largo, pero como hay mucha gente que tiene entrada solo para una jornada, nadie se quiere perder ningún detalle. Esto le pasa a todo aquel que va por primera vez, pero, aunque no lo crean, la historia no es muy diferente para el que va todos los años.
Llegué a Augusta National Golf Club por primera vez en 1994 y a partir de ese año fui cada abril hasta que la pandemia interrumpió la tradición. Volví en 2022 y les puedo asegurar que hay algo que me juré cumplir cada vez que vuelvo y me lo recuerdo a mí mismo antes de entrar: disfruta la semana porque hay millones de personas alrededor del mundo que darían lo que no tienen para poder estar en tu lugar. La sensación de volver cada año me produce una alegría que no se compara con ningún otro evento del calendario. Es volver a encontrarse con amigos debajo del gran roble enfrente al tee del 1, es recorrer los mismos lugares y darse cuenta de que todo está en su lugar tal cual lo dejamos 12 meses atrás. Imaginen que pudieran volver a la habitación en donde crecieron de chicos. En un segundo reconocerían cada rincón de ese cuarto y verían con claridad dónde está cada cosa. En Augusta pasa exactamente lo mismo, porque, aún las cosas nuevas, parecen que han estado allí por años, y hasta los que vamos desde hace mucho nos cuesta darnos cuenta a veces de los cambios.
Augusta National Golf Club volvió a abrir sus puertas y una nueva edición del Masters, la número 89 (como me gustaría estar para el centenario), está a punto de comenzar. Disfruten el Masters. Solo pasa una vez cada 12 meses.
